Todo empezó como empiezan estas cosas, con un puñetazo, no en la nariz, sino entre la nariz y el ojo. Todo fue torpe al principio, como de película, intentando arquear mucho el brazo y girar un poco la muñeca, fue como perder la virginidad, intentando imitar algo que habías visto antes o algo que habías oído.
Por aquel entonces, era mucho más fácil ser un hijo de puta, era mucho más fácil dejarse llevar… Creo que en cierto modo, era más fácil no esperar nada de un ojo morado.
En aquel lugar, todo parecía normal, todo era jodidamente corriente, no había un “aire especial” ni una “Brisa” ni una luz diferente, había dos muchachos sudando como jodidos cerdos. Dos muchachos que no esperaban nada de la vida ni de si mismos, sólo jugaban. Creo que jugaban, creo que jugábamos.
No sé, todo es mucho más fácil con un diente menos.
Es más, todo se ve diferente con un ojo hinchado.
Pero eso no lo sabían.
Ahora lo saben.
Ahora lo sé.
Sé que estábamos jugando.
O que no lo estábamos haciendo.
Sé que nos daba igual.
Sé que ahora nos importa algo el mundo.
Pero sabemos que la visión siempre es diferente con un ojo hinchado y un ojo hinchado es fácil de hacer.
Durante un breve instante, antes del impacto, o de la caricia, o de lo que coño fuera todo era normal.
NO ERA DIFERENTE.
Justo antes los dos nos sentíamos con ganas de dejar de sentir, los dos éramos todo y nada.
No sé, ya ha pasado mucho tiempo y nos reunimos de vez en cuando, para eso de echar una cerveza o algo que no me trastorne la cabeza, para eso de hacernos callar, para eso de volver.
Porque cuando todo ha acabado, porque después de unos gritos que no son gritos, de unos mordiscos con colmillos afilados o sin afilar todo te da igual.
Te sientes tan vacío, que tienes esperanza. Sólo cuando no nos queda nada, cuando perdemos toda esperanza es cuando somos realmente libres de sentir.
Porque sólo cuando te has topado con el fondo del pozo es cuando te mueres.
Mientras caes, sólo sufres y esperas la caída.
Porque cuando acabas, te sientes nuevo, te sientes desahogado.
Últimamente me preguntan mucho el porqué.
Lo hice porque llevaba mucho tiempo muerto.
“Aquel fue mi renacimiento”
Y nada, soy lo que soy por lo que he sido.
Y a ti, joven Fauces, Te echo de menos.
Por eso de que últimamente no te necesito.
O por eso de que últimamente te necesito demasiado.
¿Qué más da?
“Siempre te salen mejor las cosas cuando son más sencillas y no lo sabes”
.Lobo.
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