Fumo humo y exhalo mariposas

miércoles, 11 de mayo de 2011

¿Y ahora qué?

Crudo como el petróleo, dejo que el aire salga de mi.
Creo que no tengo mucho más que espirar y entonces pienso en el siguiente ser vivo que vaya a usar algo que haya salido de mi y le compadezco.
Nunca dejaría que anda de mi entrar en mi.
Como Groucho Marx: Nunca entraría en un club al que dejaran entrar a alguien como yo.

Soy Groucho Marx
Soy lo que más odio, el odio sale de mi para llegar a mi, es de lo poco que tolero,y realmente, es mentira, ni si quiera lo hago.
Cuando termino de respirar, vuelvo a examinar cada uno de mis órganos para ver que todo sigue en su sitio:
Siento los aviones trabajar, el diafragma expandirse y, como siempre, el hígado falla.
Le digo que lo va a pasar mal, muy mal.
Le digo que se replantee su existencia y siento como se estremecen sus terminaciones nerviosas.
Al sentirlo, miro el vaso que tengo delante y pienso que también va a acabar saliendo de mi; e lo bebo.
Whisky y hielo no son mala combinación en noches como esta , y esta noche es como todas las demás. El cigarrillo está entre mis dedos que están en forma de “v” y yo vuelvo a sentir como lo que antes era aire ahora es humo.
La lista de mis órganos en plano rendimiento continúa pareciendo un tachón continuo.
Mis pulmones ahora son alvéolos ahumados.
Es de noche y el aire intenta escapar de mí como puede; fuera de este bar está lloviendo, como no podría ser de otra manera.
Mi cigarro continúa consumiéndose, como si estuviera recordando, recuerda gracias al fuego,
¿Tienes fuego?
Tengo un mundo lleno de pesadillas que son pasados, pero no tiene piedra, lo siento.
El siguiente trago se lo dedico que mi pensamiento absurdo previo.
Con la mano que puedo, pido más liquido, se me sirve a minorías y me pierdo entre las pausas de trago y trago, me pierdo entre mi y yo mismo, perderse es algo que no tolero. Me pierdo con el precipitar del whisky, de botella a botella y bebo por ella, éste sería un basto juego de la oca versión borracho anímico y enamorado.
El siguiente trago también va por ti, pensamiento.
Mi cerebro está bailando y yo obedezco porque el whisky me lo pide. Dentro de mi hay algo que gime que no es el hígado, pero tampoco es un gemir nuevo. Si realmente me interesara, localizaría la queja y trataría de sofocarla; he aprendido a ignorarme.
“No hay un trago que no preceda a otro” Es mi lema, no es un buen lema, pero es un lema.
Mucha gente mataría por un lema.
Ir siempre borracho ayuda, he visto al escorpión que tengo tatuado en la mano bailar todo tipo de bailes, me creeríais si os dijera que su “Break Dance” es impresionante, ahora está tranquilo.
Al beber derramo un poco y cae en mi chupa y se pierde entre el resto de manchas y entre el color oscuro y la oscuridad propia de un bar de penumbra en un rincón de penumbra en un lugar de penumbra en un mundo sin sol. Entendedme, en la oscuridad un poco de whisky en una cazadora negra de cuero no sobresale.

Lo que jode esta noche, son las muescas de la barra del bar, me esperaba algo diferente:

“Soy Vanesasa y estoy caliente, llamame:
692849012”

Tere   x  José


“Tonto el que lo lea”

Debajo de “Vanesa” hay una frase que me hace vomitar. No sé lo que pone, y tampoco me hace vomitar.
Siempre necesito una excusa para vomitar, perdonadme. Seguro que me estáis juzgando, no lo hagáis a lo mejor tengo una buena historia para hacerlo.
Y todavía sigo necesitando una excusa para vomitar.
Ahora mismo estoy escribiendo esto uen una servilleta con un lápiz que me he encontrado al lado del suelo de una mancha de alguien que no tenía nada mejor que hacer que mearse mientras el camarero no miraba.
Hace ya unos cuantos días que no sé como suena mi voz y hace ya unos cuantos meses que no veo mi reflejo
Puede ser verdad, o sólo estoy buscando una excusa para vomitar, nunca lo sabrás.
El siguiente trago se lo disco al pensamiento que me he prometido ahogar.

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